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“La indómita persistencia creativa”

“La indómita persistencia creativa”

“La indómita
persistencia creativa”

Por: Francisco Sousa-Lennox P.

La historia de las mujeres en las artes plásticas latinoamericanas, desde principios del siglo XX hasta la actualidad, es un testimonio de perseverancia, creatividad y lucha constante por ganar visibilidad en un espacio tradicionalmente dominado por hombres. Estas artistas enfrentaron múltiples obstáculos: las normas sociales y de género restringieron su acceso a la educación artística, recursos financieros y espacios de exhibición, limitando la consolidación de figuras femeninas destacadas en el arte. Sus contribuciones quedaron relegadas al segundo plano, invisibilizadas por la falta de oportunidades y reconocimiento, en un contexto aún más complejo debido a la inestabilidad sociopolítica propia de Latinoamérica durante el siglo XX.

A pesar de estas adversidades, muchas mujeres desafiaron las convenciones establecidas y allanaron el camino para futuras generaciones. En las artes visuales, destaca Frida Kahlo (México, 1907-1954) quien rompió con los cánones estéticos de su época mediante una obra profundamente personal que trascendió fronteras, convirtiéndose en un ícono de identidad y resistencia. La escultora Lola Mora (Argentina, 1866-1936) también enfrentó prejuicios y, a pesar de ello, dejó un legado significativo en el espacio público de su país. En Panamá, Margarita Lozano (1902-1993) y Graciela Arosemena de Morán (1904-1984) desempeñaron un papel crucial en el fortalecimiento de la identidad cultural del país. Estas creadoras, junto a muchas otras que aún esperan un merecido reconocimiento, demostraron la fuerza y singularidad de la voz femenina en el arte.

La segunda mitad del siglo XX trajo un cambio gradual en el panorama artístico latinoamericano, con la emergencia de nuevas corrientes estéticas y un creciente interés por el arte de la región; sin embargo, la desigualdad de género persistía.

Con el cambio de siglo, la llegada de las telecomunicaciones, internet y las redes sociales ofreció nuevas herramientas para la difusión del arte, democratizando el acceso a la información y permitiendo a las artistas conectar con audiencias más amplias, participar en diálogos globales y construir comunidades virtuales. Muchas creadoras contemporáneas han aprovechado estas plataformas para visibilizar su trabajo y fomentar redes de apoyo.

A pesar de estos avances, persisten importantes desafíos: diversas fuentes indican que las mujeres siguen estando subrepresentadas en galerías, museos y grandes eventos internacionales de arte; la brecha salarial y la disparidad en el valor de sus obras continúan siendo palpables. Frente a esta situación, han surgido colectivos y fuentes de apoyo, como el Panama Fem Art Coalition, que buscan visibilizar el trabajo de las artistas, denunciar las desigualdades y promover políticas culturales inclusivas. En este contexto, artistas como Doris Salcedo (Colombia, 1958), con su conmovedora obra sobre la violencia y la memoria, y Cecilia Vicuña (Chile, 1948), cuyo trabajo aborda temas de justicia social y medioambiente, han alcanzado un inequívoco reconocimiento internacional. En Panamá, figuras como Olga Sinclair (1957), Isabel De Obaldía (1957) y Ana Elena Garuz (1971) han enriquecido la escena artística nacional y latinoamericana con propuestas innovadoras y trayectorias comprometidas con la excelencia.

Hoy, la lucha por el reconocimiento de las mujeres en el arte sigue vigente a pesar de que nuevas tecnologías, una creciente conciencia sobre la paridad y un público más informado han abierto espacios de diálogo y reflexión, reconociendo el papel fundamental del arte en la configuración activa de nuestra sociedad. Aunque el futuro inmediato pudiera ser incierto, es previsible que la inteligencia artificial y las herramientas digitales desempeñen un papel creciente en la producción y difusión artística; mientras tanto, las artistas latinoamericanas continúan construyendo un arte diverso, audaz y fiel a su tiempo.